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La delimitación temporal de los colegiales incluidos en este diccionario viene marcada por mi primer trabajo (1980), sobre el Colegio de San Clemente de los Españoles de Bolonia, orientado a conocer las carreras profesionales de sus colegiales en 1568-1659, años que corresponden al establecimiento de lo que se ha llamado “cordón sanitario” o “impermeabilización” de Felipe II (1568) y a la paz de los Pirineos (1659), fecha en la que podría situarse el término de esa etapa. En consecuencia, dado que estatutariamente los escolares, en principio, sólo podían permanecer en la institución un máximo de ocho años, lo más razonable, desde un punto de vista metodológico, era iniciar y cerrar el estudio prosopográfico de los colegiales en 1560 y 1650. Cuando posteriormente amplié mi investigación a los seis colegios mayores peninsulares, hube de mantener necesariamente ese mismo período.


Las fuentes y publicaciones existentes, y que se citan en la sección de “Fuentes y referencias” del diccionario, han permitido elaborar con garantías razonables las listas de colegiales de pleno derecho, o “colegiales de beca”, de los colegios de San Clemente, San Bartolomé, Oviedo, San Ildefonso y Santa Cruz. Más dificultades presentan, sin embargo, las de los colegios del Arzobispo y de Cuenca. En todo caso, ello afecta relativamente a las voces incluidas aquí porque no se trata tanto de ofrecer un mero “listado” de escolares, sino de presentar aquellos que tuvieron alguna incidencia en los ámbitos universitario, burocrático civil, burocrático eclesiástico, inquisitorial, monástico y publicístico. 


En consecuencia, se excluyen tanto los colegiales fallecidos en las instituciones y que no tuvieron relevancia alguna durante su vida universitaria, así como a aquellos que no tuvieron cargo alguno o actividad conocida tras su salida del colegio. 


Se han incluido, sin embargo, los “capellanes de manto interior” del Colegio de San Bartolomé, los “colegiales porcionistas” del San Ildefonso y los “capellanes” de los colegios de Oviedo, Arzobispo y Santa Cruz, porque eran considerados a todos los efectos como colegiales de beca.


En todo caso, las voces cubren los siguientes apartados, siempre que las fuentes lo permiten:


1.    Nombre completo, colegio de pertenencia y actividad principal
2.    Datos biográficos.
3.    Formación, incluyendo las cátedras desempeñadas cuando no siguieron una carrera universitaria exclusiva o principalmente; en este caso se incluirían en la ‘carrera profesional’.
4.    Carrera profesional.
5.    Obras publicadas, en su caso.
6.    Bibliografía existente sobre el personaje, en su caso.
7.    Fuentes y referencias. Incluye los papeles de archivos, obras impresas anteriores a 1900 y artículos y libros contemporáneos (siglos XX-XXI) consultados.


Al final de cada entrada se incluye el o los biógrafos y, cuando procede, los nombres de quienes hayan aportado datos a la biografía.