Inés Huergo
Cooperación en Laboratorio de Inteligencia Artificial, Tecnología y Derecho 'Mar del Plata Lab'. Universidad Nacional de Mar del Plata (Mar del Plata, Argentina)
El proyecto de voluntariado que he realizado ha sido posible gracias a la
cooperación entre la Universidad de Mar del Plata y la Universidad Carlos III de Madrid, concretamente por la correlación que tienen con los derechos humanos y las tecnologías emergentes.
Los objetivos fueron inicialmente consolidar la cooperación institucional entre “Dertecnia”, “la Cátedra de Inteligencia Artificial, Tecnología y Derecho”, y “Mar del PlatIA Lab”; diseñar una microcredencial internacional entorno a las herramientas de la inteligencia artificial en el derecho desde la teoría y la prática; desarrollar una investigación aplicada sobre la protección de niños, niñas y adolescentes en el entorno digital y; finalmente, difundir los resultados mediante diferentes eventos académicos y de sensibilización.
Mirando hacia atrás, siento que cada uno de los objetivos se transformó en una experiencia de aprendizaje profunda tanto en el ámbito profesional como en la esfera humana. Trabajar de manera conjunta con el equipo de Mar del Plata me permitió comprender de cerca la dinámica de otra institución universitaria, su estructura, sus desafíos y, sobre todo, su compromiso con el conocimiento en derechos humanos como herramienta de cambio social en Argentina.
En el ámbito de la investigación, continuar con el estudio sobre los derechos
digitales de la infancia y la adolescencia, pero desde un contexto latinoamericano, enriqueció profundamente mi perspectiva. Analizar las brechas digitales, los sesgos algorítmicos y las distintas formas de vulnerabilidad tecnológica me permitió ver con claridad cómo los avances tecnológicos reconfiguran los desafíos de los derechos humanos. Esta mirada comparada, que une las realidades europea y latinoamericana, ha sido uno de los mayores aprendizajes del voluntariado.
Más allá de los logros concretos, esta experiencia me permitió descubrir nuevas capacidades en mí misma como la empatía para comprender contextos diferentes, la flexibilidad para adaptarme a una nueva institución y lo más importante, la convicción de que el trabajo académico puede tener un impacto social. Por ello, el voluntariado ha marcado un punto de inflexión en mi camino académico sobre los derechos humanos y la tecnología donde la cooperación internacional es necesaria para que los investigadores e investigadoras estén al servicio de las personas con una mirada solidaria y responsable.
Por último, quiero expresar mi más sincero agradecimiento al profesor Francisco BariSi, al profesor Federico Álvarez Larrondo y a la profesora Agustina Palacios, por su acompañamiento cercando durante estos meses de voluntariado. Su orientación constante, su generosidad académica y, sobre todo, su apoyo humano ha marcado una diferencia esencial en mi camino de aprendizaje.
