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Noticias

Presentación del informe Juego y Sociedad 2019

Realizado por investigadores de la UC3M con apoyo de CEJUEGO

21/06/19

El Instituto de Política y Gobernanza (IPOLGOB) de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) ha presentado la décima edición del estudio Juego y Sociedad, cuyo objetivo es dar a conocer los hábitos y actitudes de los españoles ante el juego. Este informe ha sido financiado por CEJUEGO, asociación que integra a las principales empresas del sector del juego en España.

Presentación del informe Juego y Sociedad 2019
 

Según el informe, en España hay una oferta de 27 familias de juegos, loterías o apuestas, cada uno con su propio público y dinámica. La mayoría  de la población (un 84,8%) entre 18 y 75 años, unos 29 millones de personas, participaron en algún juego público durante 2018. Y lo hicieron fundamentalmente en juegos gestionados por SELAE y la ONCE: 25,5 millones en el sorteo de Navidad de 2018, 16 millones a El Niño de 2019, 14 a las loterías primitivas, 9 millones a los cupones de la ONCE, 3,8 a los sorteos semanales de lotería, y unos 3 a las loterías instantáneas y juegos activos de la ONCE. “La gran novedad es el gran crecimiento de la ONCE con sus loterías instantáneas, comentan los autores del estudio, José Antonio Gómez Yáñez, profesor de Sociología del IPOLGOB de la UC3M, y Carlos Lalanda Fernández, abogado y fundador del Centro de Estudios de Políticas y Legislación de Juego.

Los juegos de sociabilidad gestionados por el sector privado atrajeron a públicos más restringidos: un 19,4% de la población entre 18 y 75 años. Casi 2 millones visitaron algún casino, 3 millones algún bingo y otros 3 algún salón de juego. Sus clientes se dividen en dos grandes grupos, explica el estudio. Por un lado, jugadores episódicos que asisten por curiosidad y otros jugadores estables que van por afición, pero también porque estas salas ofrecen espacios para quedar con amigos y conocer gente con la que entablar conversación a partir de las incidencias de los juegos.

Las apuestas deportivas presenciales atraen a 1,5 millones de clientes, mientras que la Quiniela consigue 2,5 millones de clientes, que suelen echar su boleto semanal con gran regularidad. “Son juegos para los aficionados al fútbol, hombres menores de 35 años, básicamente. Con altibajos; la Quiniela muestra un perfil descendente. No puede atribuirse sólo a las apuestas deportivas, sino al cambio de horarios de los partidos de La Liga que hace imposible para sus aficionados disfrutar de la marcha de los partidos en la tarde del domingo, disfrute que era parte esencial de La Quiniela”, señala José Antonio Gómez Yáñez.

Juego online

En relación al juego por Internet, en 2018 casi 1,5 millones de personas participaron al menos una vez. En este caso, se trata de un colectivo con pautas de comportamiento dispersas: desde quienes juegan establemente hasta quienes sólo lo hacen por curiosidad (aprovechando los bonos que ofrecen las webs) y los que sólo juegan alguna vez durante el año (básicamente apostando en algún partido suelto). En concreto,  sólo hay 300.000 individuos que jueguen de manera estable por Internet, lo que representa menos del 1% de la población entre 18 y 75 años.

“Los datos de nuestro estudio indican un paulatino asentamiento del juego online. Las sesiones de juego se hacen más cortas, de media hora según las respuestas de los entrevistados; el gasto mensual es moderado, hay  descensos en la práctica de algunos juegos, etc. Todo indica que sus aficionados han aprendido a utilizarlo y racionalizan su uso”, dicen los autores del informe.

Datos sobre el juego problemático

Por primera vez se ha sistematizado la información sobre los casos en tratamiento por adicción al juego, a partir de datos del ministerio de Sanidad procedentes, a su vez, de los sistemas de salud de las comunidades autónomas. Esta población no supera los 7.000 individuos, lo que equivale al 0,02% de la población entre 18 y 75 años. Si se toma como referencia quienes jugaron durante 2018 en casinos, bingos, salones, apostaron o jugaron en una máquinas en hostelería, supone el 0.1%.

El índice de juego problemático en España asciende al 0,2% de la población entre 18 y 75 años a comienzos de 2019, si se mide con el cuestionario PGSI, o al 0,3% medido con el DSM-IV. Este dato es convergente con los publicados por otras fuentes durante 2018, como la consejería de Salud del Gobierno Vasco (0,2%) o el Ministerio de Sanidad con su estudio EDADES entre 15 y 64 años (0,3%). Según el informe, las tasas de juego problemático en España descienden desde hace 30 años.

El perfil de las personas con problemas de adicción al juego es el de un hombre, menor de 35 años, de estatus social medio. La incidencia del juego problemático entre los clientes de webs online lleva a la conclusión de quienes se sitúan en este umbral juegan por Internet. Entre quienes juegan por Internet se observa una elevada correlación entre los niveles de riesgo de juego problemático y la duración de las sesiones de juego online.  A partir de estos datos, el enfoque de las políticas públicas para prevenir el juego problemático “debe orientarse a políticas de precisión más que a acciones extensivas orientadas a amplios sectores (jóvenes, mujeres, etc.), en los que posiblemente estas campañas extensivas e indiscriminadas podrían suscitar curiosidad más que cautela, sobre todo en los jóvenes”, apuntan los autores del informe.

La décima edición anual de este estudio (publicado anteriormente con el título “Percepción Social sobre el Juego de Azar en España”) aporta información sobre los distintos tipos de juegos que hay en España, los diferentes perfiles de los jugadores, su consumo o determinados datos referidos al juego problemático. El estudio se ha realizado utilizando datos procedentes de dos encuestas: una realizada por teléfono por IMOP Insight, a 1000 individuos de entre 18 y 75 años; y otra encuesta online, realizada por NetQuest, a 500 individuos que hubieran jugado online en los dos meses previos a la consulta.