Analizan la influencia de los riesgos colectivos en la aceptación de normas sociales
Según una investigación en la que participa la UC3M
13/10/21
Enfrentarse a un gran riesgo colectivo, como el cambio climático o la crisis provocada por la COVID, hace que la población pueda aceptar normas sociales más fuertes o más restrictivas y sea más proclive a la colaboración. Sin embargo, cuando la percepción de riesgo disminuye, también baja la adhesión a las normas. Esa es una de las conclusiones de un estudio experimental en el que participa la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), el Colegio Carlo Alberto en Turín, el Consejo Nacional de Investigaciones de Italia, el Instituto para Estudios Futuros en Estocolmo y la Universidad de Mälardalen (Suecia).
Este artículo analiza la conexión entre normas sociales y comportamiento ante situaciones de riesgo colectivo. “Concretamente, vemos que cuanto mayor sea el riesgo de esa catástrofe colectiva, mayor es la fuerza que tienen las normas sociales (y, en particular, más se castiga a los que no las cumplen). Sin embargo, vemos también que al bajar la percepción del riesgo, baja el seguimiento y cumplimiento de la norma”, explica uno de los autores del trabajo, Anxo Sánchez, del Grupo Interdisciplinar de Sistemas Complejos (GISC) del Departamento de Matemáticas de la UC3M.
En el contexto del cambio climático, por tanto, “si la gente lo percibe como un riesgo inminente, puede cobrar fuerza la norma social de ahorrar energía en calefacción y/o aire acondicionado en los hogares, y eso conduciría a menores emisiones; pero mientras no se perciba ese riesgo o disminuya el que se percibe, la norma social se sigue menos”, comentan los autores de este trabajo publicado recientemente en la revista Nature Communications.
Otro caso en el que se podrían aplicar los resultados del estudio es la pandemia de la COVID. “Con la vacunación se ha implantado en la sociedad una percepción de que el riesgo es más bajo. Eso lleva a dos cosas en la línea de lo que dice nuestro trabajo: por un lado, en colectivos donde la norma de usar la mascarilla no era muy fuerte, como en los grupos de edad más jóvenes, ha desaparecido de repente; por otro lado, sin embargo, la gente de más edad sigue llevándola por la calle cuando ha dejado de ser obligatoria. En este último caso, hay una inercia debida a la gran intensidad de la norma de llevar mascarilla (hay que tener en cuenta también el aspecto del reproche que mucha gente hacía a los que no la llevaban)”, indica Anxo Sánchez.
Para realizar esta investigación los científicos diseñaron un experimento social con 300 participantes, a los que dividieron en grupos de seis. Durante un mes, les solicitaron que todos los días tomaran una decisión: contribuir con una cantidad de puntos (como si fuera dinero) con el objetivo de evitar una catástrofe. Si no “invertían” lo suficiente, llegaba la catástrofe y todos perdían sus puntos. Luego les preguntaban por sus expectativas sobre lo que iban a contribuir el resto de participantes y sobre lo que los otros esperaban de ellos, lo que les permitió identificar la norma social y estudiar los comportamientos de las personas que sí tenían integradas esas normas cooperativas.
Este estudio se enmarca en el contexto de los fenómenos colectivos (o emergentes) que se observan en los sistemas complejos, con una perspectiva inspirada en la física. En este sentido, cada persona individual tiene sus expectativas y sus normas, pero las modifica observando a los demás, y solo cuando son compartidas entre mucha gente se convierten realmente en normas sociales.
Más información:
Referencia bibliográfica: Szekely, A., Lipari, F., Antonioni, A. et al. Evidence from a long-term experiment that collective risks change social norms and promote cooperation. Nat Commun 12, 5452 (2021). https://doi.org/10.1038/s41467-021-25734-w Más info: https://www.nature.com/articles/s41467-021-25734-w