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Entrevista a Javier Lorenzo y Javier Polavieja

“La cultura científica hace mejores ciudadanos y aumenta el nivel de exigencia sobre nuestros políticos”

Noche Europea de los Investigadores de Madrid de la UC3M

25/09/17

La Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) participa en la Noche Europea de los Investigadores de Madrid 2017 con el evento “Europa se mueve: migraciones y construcción europea”, que incluye charlas, multimedia y artes escénicas y que tendrá lugar el viernes 29 de septiembre en el campus de Leganés de la UC3M. En él intervendrán dos investigadores del departamento de Ciencias Sociales de la UC3M que participan en sendos proyectos de investigación europeos de Horizonte 2020 relacionados con este tema: Javier Polavieja, del proyecto GEMM (Growth, Equal Opportunities, Migration and Markets); y Javier Lorenzo Rodríguez, del proyecto MOVE (Mapping mobility-pathways, institutions and structural effects of youth mobility in Europe).

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Javier Polavieja y Javier Lorenzo

¿De qué tratará en su charla en el marco del evento?

Javier Polavieja (JP): Hablaremos de la revolución silenciosa que ha experimentado nuestro país en las primeras décadas de este siglo con la llegada de flujos de inmigración sin precedentes en nuestra historia moderna. Esta llegada ofrece enormes oportunidades para una de las poblaciones más envejecidas del mundo. Nuestra capacidad como país de explotar al máximo dichas oportunidades depende, sin embargo, del éxito sociolaboral que tenga la llamada segunda generación (los hijos de los inmigrantes) que empiezan ahora mismo a incorporarse a nuestro mercado laboral. Argumentaremos que los retos a los que se enfrentan estos “nuevos españoles” son cruciales para nuestro país y que de su éxito depende en gran medida la sostenibilidad del sistema de bienestar y nuestra capacidad de crecimiento económico en el futuro. En especial, me centraré en el problema de la discriminación laboral y la importancia clave que tiene estudiar la discriminación desde una perspectiva comparada.

Javier Lorenzo (JL): En mi caso, he de decir que muchas veces escuchamos declaraciones de nuestros representantes públicos sobre la movilidad de nuestros jóvenes en Europa, de los efectos o condicionantes que les hacen marcharse o que les imposibilitan hacerlo. El fenómeno de la movilidad juvenil se debe a muchos factores y no siempre es forzada, pero tampoco siempre es deseada. Además, existe una enorme heterogeneidad de motivos de dicha movilidad, no solamente entre los jóvenes españoles, sino entre los distintos territorios que conforman la Unión Europea (UE). Lo que quiero plantear es una serie de preguntas que hagan reflexionar a la audiencia sobre este particular; que sean ellos quienes se respondan a esa pregunta, que se planteen entre su entorno qué es lo que sucede, qué es lo que podemos/debemos pedirle a nuestras instituciones, gobiernos, representantes que hagan.

¿Cuál es el objetivo principal de sus proyectos de investigación?

(JL): El objetivo principal de mi proyecto, denominado MOVE (Mapping mobility-pathways, institutions and structural effects of youth mobility in Europe), es dibujar un mapa de la movilidad juvenil en Europa, identificando los patrones de movilidad, los caminos a recorrer, el papel que las instituciones juegan y los efectos estructurales que condicionan dicha movilidad entre la población juvenil europea de 18 a 29 años en los países objeto de estudio que son Alemania, España, Hungría, Luxemburgo, Noruega y Rumanía.

(JP): En el caso del proyecto GEMM (Growth, Equal Opportunities, Migration and Markets), el objetivo es identificar los mecanismos de discriminación que operan en los procesos de contratación laboral para la segunda generación de inmigrantes en cinco países europeos (Alemania, Gran Bretaña, Holanda, Noruega y España) utilizando una metodología innovadora (el experimento de campo comparado). Esta metodología nos permite identificar qué papel juega el origen, el fenotipo, el género y la religión de los jóvenes de segunda generación que busca empleo en estos cinco países e identificar si estos rasgos tienen alguna influencia en su probabilidad de ser contratados cuando se los compara con hijos de padres nativos de idénticas características. Podemos también estimar el grado de discriminación que sufren diferentes grupos étnicos en cada país. Esto nos ayudará a entender mejor qué barreras impiden una integración exitosa de la segunda generación y a diseñar políticas públicas que ayuden a derribarlas.

¿Qué resultados esperan obtener?

(JP): Yo espero obtener estimadores precisos de la discriminación para distintos grupos étnicos, identificar qué papel juega el origen y el fenotipo, si existen diferencias entre hombres y mujeres y si la discriminación de estos grupos disminuye cuando introducimos indicadores precisos de productividad en los currículos de los solicitantes de empleo. Esto último es importante porque la discriminación puede deberse a déficits de información de los empleadores más que a la existencia de actitudes xenófobas cimentadas en el prejuicio. Mi equipo y yo esperamos también encontrar diferencias importantes entre países, aunque con solo cinco casos nacionales no es posible identificar de manera inequívoca qué factores nacionales específicos pueden influir en dichas diferencias.

(JL): En nuestro caso, en primer lugar esperamos poder conocer mejor a los jóvenes que hayan migrado a otros países de la UE. Se trata de una población de la que se habla mucho y se conoce más bien poco, entre otras cuestiones porque no existen registros oficiales. En segundo lugar, pretendemos identificar aquellos factores que les hacen irse o que les retienen, tanto las condiciones pre-existentes como aspectos psicosociales, políticas institucionales o financieras que les permitirían irse, quedarse o volver en mejores condiciones. Todo esto lo hacemos con la intención de proporcionar una serie de recomendaciones a nuestros representantes públicos para diseñar nuevas políticas que mejoren las existentes y potencien los aspectos positivos de la movilidad y reduzcan las desigualdades entre los jóvenes.

¿Cuál es su línea principal de investigación? 

(JL): La política comparada, es decir, el estudio y funcionamiento de las instituciones y de sus sistemas políticos, electorales y de partidos, especialmente en países de la Unión Europea y Estados Unidos. Dentro de eso me he centrado especialmente en el impacto que las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (Internet y Redes Sociales) han tenido, tienen y tendrán en el desarrollo de estas instituciones, así como en el comportamiento político y social. El análisis de este objeto de estudio y la evolución de las metodologías de estudio y las técnicas que las propias tecnologías han ido desarrollando, me han conducido también a especializarme en Big Data y las técnicas computacionales de análisis. Esta inclinación tecnológica me lleva a ocuparme especialmente por el comportamiento de la población juvenil, dado que ellos son los presentes y futuros diseñadores de la sociedad digital.

(JP): Yo me dedico fundamentalmente al estudio de los procesos de estratificación social, es decir, cómo se generan las desigualdades socioeconómicas y cómo se transmiten entre generaciones, con especial interés en el funcionamiento de los mercados de trabajo. Me interesa mucho, por ejemplo, el papel que juega la transmisión de valores, actitudes, normas sociales entre padres e hijos en la desigualdad de género; la dualidad laboral; las actitudes frente a la inmigración (y el papel que juega la exposición a la competencia laboral en las mismas); los procesos de discriminación; y también las cuestiones metodológicas, en especial los avances en técnicas estadísticas de identificación causal.

¿Cuándo se dio cuenta de que quería estudiar ese tipo de temas? O dicho de otra manera: ¿cómo nació su vocación científica?

(JP): Creo que siempre he tenido vocación científica. De hecho, creo que todos nacemos con vocación científica. Hacerse preguntas sobre cómo funciona el mundo es lo que hacen los niños todo el rato (¡yo tengo un hijo de 3 años que no para de preguntar por qué!). La pregunta que nos deberíamos hacer tal vez es qué pasa en nuestro entorno y nuestro sistema educativo que hace que los niños pierdan la curiosidad cuando se hacen mayores. Yo no la perdí (a lo mejor es que todavía no me he hecho mayor). Estudié el bachillerato de ciencias puras porque quería ser biólogo. Al mismo tiempo siempre me interesó mucho la política y la sociedad. En los dos últimos años de secundaria me impliqué a fondo en las movilizaciones estudiantiles (estoy hablando de finales de los ochenta). Yo quería cambiar el mundo, pero no sabía cómo funcionaba. Para cambiar las cosas hay que entender cómo funcionan, así que de manera algo sorprendente al terminar el instituto decidí estudiar Sociología en vez de Biología.

(JL): La culpa de mi vocación científica la tienen las tecnologías. En primer lugar la TV, porque gracias a ella, siendo un niño, seguí acontecimientos como el referéndum de la OTAN o la caída del muro de Berlín... Ver el mundo a través de la pantalla me permitió observar muchas diferencias, no solo artísticas, sino sociales, culturales y políticas. Ese constante preguntarme el porqué de esas diferencias me llevó a estudiar Ciencias Políticas. La segunda tecnología responsable de mi vocación investigadora fue Internet y la emergencia de las Nuevas Tecnologías. Eso abrió un campo maravilloso por explorar en sus efectos en el comportamiento de las instituciones y de las sociedades, abriendo un universo nuevo para indagar en cómo mejorar nuestra convivencia política y social.

Como saben, la Noche se celebra simultáneamente en más de 340 ciudades europeas. ¿Creen que estas iniciativas paneuropeas pueden influir en la percepción que los ciudadanos tienen sobre los investigadores?

(JL): Sin lugar a dudas. La UE se trata sobre todo de un espacio común de valores, de principios éticos, pero también de desarrollo común, de compartir conocimiento. En este último apartado llevamos poco tiempo trabajando y todas las actividades que se hagan de forma conjunta, compartiendo experiencias, difundiendo la ingente actividad científica que se produce en nuestros territorios y la inmensa red de investigación creada entre nuestros países miembros debe darse a conocer.

(JP): Espero que sí. El objetivo es desde luego loable. Lo importante es transmitir la necesidad de que el ciudadano medio tenga la capacidad de entender cuestiones básicas del lenguaje científico. En el caso de las ciencias sociales la desconexión entre el trabajo que hacemos y la ciudadanía (y la política) es manifiesta y esto se refleja en la bajísima calidad del debate público. La cultura científica hace mejores ciudadanos y aumenta el nivel de exigencia sobre nuestros políticos. 

¿Qué le parece la iniciativa de la Noche Europea de los Investigadores de Madrid?

(JP): Me parece una iniciativa estupenda. Necesitamos fomentar las vocaciones científicas de los alumnos madrileños porque nuestra capacidad de crecer en el futuro depende de nuestra capacidad de innovar y también porque la imagen del investigador que se proyecta socialmente ha sido tradicionalmente poco atractiva. Necesitamos aumentar el número de vocaciones científicas y reducir la brecha de género. Cualquier iniciativa que ayude a presentar al investigador como una persona “normal” y que enseñe que investigar es en realidad muy divertido y gratificante, es una buenísima iniciativa.

(JL): En mi opinión, es excelente. Toda iniciativa orientada a la divulgación de la ciencia, a difundir el conocimiento que se produce desde los centros de investigación y compartirlo con los ciudadanos, colectivos sociales, empresas, gobiernos y cualquier agente social es fundamental para todo investigador. Compartir conocimiento es un requisito imprescindible para toda sociedad avanzada y con deseo de progresar y la interacción entre investigadores con los mencionados agentes sociales se me antoja determinante para ello. Estas acciones no solo sirven para que se conozca nuestra actividad, sino para que ellos a su vez nos retroalimenten con ideas, preguntas, dudas y cuestiones por resolver que nos permitan seguir creciendo y mejorando.

Información práctica:

  • Título de la actividad: Europa se mueve: migraciones y construcción europea
  • Organiza: Vicerrectorado de Comunicación y Cultura de la UC3M
  • Lugar de celebración: Auditorio del campus de Leganés de la UC3M
  • Horario: 19.30 a 20.30h
  • Es necesario reserva: sí, a partir del 19 de septiembre a través de la web
  • Más información: www.uc3m.es/nocheinvestigadores2017