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D. Fernando Fernán Gómez

Discurso del Sr. D. Fernando Fernán Gómez

DISCURSO DE FERNANDO FERNÁN GÓMEZ EN LA UNIVERSIDAD CARLOS III DE MADRID

"Señores, la gratitud, la alegría, el orgullo, la autocomplacencia que experimento al recibir esta medalla son tan grandes, como puedan serlo los de los deportistas o los políticos triunfadores.

Pero, al estar nosotros, los hombres del teatro y del cine, hoy de la televisión, y no digamos lo escritores, acostumbrados a recibir los éxitos, los homenajes, con alegría, como recibo yo esta honrosa medalla, pero con cierta sobriedad, con una especie de contención al mostrar esos sentimientos, me veo obligado a leer estas palabras en vez de bailar un ritmo afrocubano, saltar por encima de la mesa de la Presidencia y acariciar con vehemencia, las caderas, digamos, de sus dignos ocupantes.

Pero, deseo dejar constancia de que mi gratitud y mi alegría tienen esa misma intensidad.

En la constante duda de si ha llegado el momento de entregarse al dulce no hacer nada, a la lectura, a la televisión, a ver volar los recuerdos, sin pretender cazarlos o seguir colaborando, por lo que puede tener de entretenimiento y de comunicación con los demás, el honor, que hoy se me confiere, me pregunto si debo considerarlo como una recompensa al trabajo realizado o un estímulo para el que aún pueda realizar. En este segundo caso, aunque sean ya demasiados años de llamar a las puertas de espectadores y lectores para venderles mis productos, la Medalla de la Universidad Carlos III, me hace pensar que pueden quedarme algunos años más.

Oigo a veces que soy un trabajador polifacético y se me suele preguntar en interrogatorios de prensa cuál de mis facetas prefiero: actor, director, escritor.

A mí, no me parecen tan variadas.

Escritor es sabido que eran, al mismo tiempo, pintores y músicos.

Uno de los más notables escritores ingleses, del siglo pasado, era al mismo tiempo que novelista, actor teatral y abogado en ejercicio.

Y en mi juventud, conocí en Barcelona, a un catalán que era boxeador, maestro y cantor de cantos.

Pero a lo que voy es, a que si me dispongo variadas ocupaciones, tuviera que elegir una, hoy en mi presente circunstancia vital, elegiría la de escritor. Pero esto se refiere a lo que yo elegiría, no a lo que soy. Por encima de mis otras ocupaciones, soy actor, cómico, comediante. Y me satisface imaginar que, cuando se me confieren honores como éste, que hoy con gratitud y profunda satisfacción recibo, se hace no sólo en atención a mis posibles méritos, entre los que pueden estar la supuesta variedad y los larguísimos años de dedicación a estos menesteres, sino también en representación de mis compañeros actores, lo cual no disminuye mi gratitud ni mi alegría pues me siento honrado con esa representación, aunque sólo sé, en la imaginación de algunos bienintencionados.

Y si no ha existido esa intención, yo asumo la de dedicar este honor, que recibo, a mis compañeros actores, cómicos, comediantes y brindo, por ello, homenaje a la gente del teatro no como reivindicación por haber sido marginados durante siglos, sino por su actitud ejemplar, durante esos mismos siglos, al esforzarse en vivir en libertad.

Gracias.