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Los residuos generados en los laboratorios presentan en general unas características de gran variedad, alta peligrosidad y escaso volumen que hace que su gestión presente una problemática distinta a la de los residuos de origen industrial.

Por todo ello, se considera necesario establecer en el laboratorio un plan de gestión de residuos que permita una adecuada protección de la salud y del medio ambiente.

¿Qué es un residuo?

Un residuo es un material sólido, pastoso, líquido así como los gaseosos contenidos en recipientes, que siendo el resultado de un proceso de producción, transformación, utilización o consumo su productor destina al abandono.

Tipos de residuos

Residuos no peligrosos: 

  • Son residuos no peligrosos asimilables a los residuos urbanos.

Residuos peligrosos o especiales:

  • Productos que por su composición o características resulten perjudiciales para el medio ambiente, la salud humana o los recursos naturales.

Residuos biológicos:

  • Productos que tienen actividad biológica específica o inespecífica.

Residuos radioactivos:

  • Productos que tienen actividad radiactiva.

Clasificación de los residuos

La clasificación de los residuos se rige por dos criterios fundamentales:

  • Compatibilidad química de productos: Criterio básico para evitar riesgos posteriores en las operaciones de reagrupamiento de residuos.
  • Tratamiento final del residuo: No se agruparán residuos que aun siendo químicamente compatibles, deban ser tratados por vías diferentes.

Según estos criterios los grupos básicos de clasificación de los residuos peligrosos son:

Grupo I: Disolventes halogenados: Productos líquidos orgánicos que contienen más de un 2% de algún halógeno, por ejemplo, Cloruro de metileno, bromoformo.

Grupo  II: Disolventes no halogenados: Líquidos orgánicos no halogenados o mezclas que contengan menos de un 2% de halógenos, por ejemplo, alcoholes, aldehídos, amidas, cetonas, ésteres, glicoles, hidrocarburos, nitrilos, etc.

Grupo  III: Disoluciones acuosas: Se incluyen las soluciones acuosas de productos orgánicos e inorgánicos, por ejemplo, soluciones acuosas inorgánicas básicas como hidróxido sódico y soluciones acuosas de metales pesados como níquel, cadmio, etc. Soluciones acuosas orgánicas como colorantes, fijadores orgánicos como formol, fenol y mezclas agua /disolvente como metanol /agua, eluyentes de cromatografía.

Grupo IV: Ácidos: Ácidos inorgánicos y sus soluciones acuosas concentradas. Antes de mezclar ácidos en un mismo envase debe realizarse una prueba de compatibilidad con pequeñas cantidades y en caso de observar alguna reacción, se recogerán separadamente.

Grupo V: Aceites: Aceites minerales derivados de las operaciones de mantenimiento y en su caso de baños calefactores.

Grupo VI: Sólidos: Productos químicos en estado sólido así como el material contaminado con productos peligrosos, por ejemplo: sólidos orgánicos como carbón activo o gel de sílice impregnados con disolventes orgánicos, sólidos inorgánicos como sales de metales pesados, muestras sólidas de productos inorgánicos y también material desechable contaminado como guantes, filtros, pipetas, ,etc.

Grupo VII: Especiales: Productos químicos sólidos o líquidos que por su elevada toxicidad no se deben agrupar en ninguno de los grupos anteriores así como los reactivos puros obsoletos o caducados, por ejemplo, peróxidos, hidruros,, compuestos polimerizables (isocianatos), compuestos no identificados, etc.

Además se deberá tener en cuenta :

  • Residuos biopeligrosos y citostáticos: Productos asimilables a los residuos de origen sanitario.
  • Envases contaminados: Corresponde a este grupo los envases contaminados con resto de productos químicos; por ejemplo, los envases vacíos de reactivos químicos.

Tipos de envases a utilizar:

  • Contenedores de polietileno de 5 o 30 litros de capacidad resistentes a la mayoría de los residuos, tanto líquidos como sólidos de los grupos I a VII.
  • Bidones de 60 y 90 litros de capacidad con boca ancha, destinados al material desechable contaminado.
  • Cajas de polietileno estancas para reactivos obsoletos en envases originales siempre etiquetados y marcados.
  • Envases de seguridad, provistos de cortafuegos y compensación de presión, idóneos para productos inflamables o que desprendan malos olores.

Hay que considerar que los residuos generados por productos químicos pueden ocasionar los mismos riesgos que los propios productos que los constituyen por separado incluso el nivel de riesgo generado por una mezcla puede, en ocasiones, ser mayor a la suma de riesgos de cada una de los productos químicos por separado, ( la presencia de un contaminante puede incrementar los efectos de otro).

Los envases que contengan residuos de productos químicos deben estar correctamente etiquetados con la información suficiente y necesaria para informar al productor, transportista y gestor final de los mismos.

Las condiciones de almacenamiento de los residuos seguirán las mismas normas de seguridad que para los almacenamientos de productos químicos ( las cantidades pequeñas de inflamables se almacenarán en armarios de seguridad y habrá que tener en cuenta las posibles incompatibilidades entre productos).

Gestión de residuos:

Garantizar la correcta gestión de los residuos es responsabilidad del productor de los mismos.

En relación al transporte de los residuos, será realizado por transportistas autorizados. Cada administración autonómica tiene un registro de transportistas autorizados al que debe estar inscrito el transportista elegido para efectuar el transporte de los residuos hasta el centro de tratamiento.

Los gestores finales a los que se destinen los residuos deben estar autorizados para esta actividad. Como en el caso del transporte, también existe un registro de gestores autorizados.

Existen unos tipos de residuos que están afectados por disposiciones legales específicas, como son los residuos radiactivos, los residuos cancerígenos y los biológicos. Esto implica que dichos residuos deben tener una identificación propia y deben ser gestionados de manera diferenciada de acuerdo con las prescripciones legislativas específicas para cada tipo.

Tratamiento de los residuos:

Los procedimientos para la eliminación de los residuos son varios y el que se apliquen unos u otros depende de factores como: volumen de residuos generados, periodicidad de generación, posibilidad de recuperación, reciclado, coste del tratamiento, etc.

Los procedimientos para la eliminación y recuperación más utilizados son los siguientes:

  • Vertido: Recomendable para residuos no peligrosos y para peligrosos, una vez reducida su peligrosidad mediante neutralización o tratamiento adecuado. El vertido puede realizarse directamente a las aguas residuales o bien a un vertedero.
  • Incineración: Los residuos son quemados en un horno y reducidos a cenizas. Se debe controlar la temperatura y la posible toxicidad de los humos producidos.
  • Recuperación: Este procedimiento consiste en efectuar un tratamiento al residuo que permita recuperar algún o algunos elementos o sus compuestos cuyo elevado o toxicidad hace aconsejable no eliminar.
  • Reutilización y reciclado: Una vez recuperado un compuesto, la solución ideal es su reutilización o reciclado.
  • Regeneración: Es el tratamiento al que es sometido un producto usado con el fin de devolverle las cualidades originales que permitan su reutilización.